Unión Mundial de Antiguos Alumnos Jesuitas – WUJA
Bajo el slogan del encuentro “Unidos por Valores, movidos por el Futuro” y dentro del marco del 5º centenario de la conversión de Ignacio de Loyola, del 13 al 17 de julio del 2022 se celebró el décimo congreso mundial de Antiguos Alumnos Jesuitas en Barcelona. Dirigido a todos los Antiguos Alumnos del mundo y a la Comunidad Ignaciana resultó una intensa experiencia en la que pudimos tomar conciencia del potencial que tenemos como red global e impulsar una misión compartida para contribuir con mayor fuerza a construir un sociedad más justa y sostenible.
Durante cinco días, los representantes de gran parte de las federaciones de alumni de colegios y universidades de la Compañía de Jesús reflexionamos juntos sobre el valor misional de la red existente y la importancia de avanzar en el trabajo conjunto en colaboración con la Compañía de Jesús. Tras muchos años de trabajo fortaleciendo las asociaciones regionales y con puntuales congresos mundiales, este encuentro despertó con fuerza la necesidad de activar la red global, las preguntas sobre cómo hacerla realmente transformadora, o como diría Chris Lowney – uno de los oradores del congreso – “despertar al gigante dormido.”
En sus palabras de apertura el Padre General animó insistentemente al congreso hacia un discernimiento como cuerpo de alumni desde el que dialogar con la Compañía para encontrar el aporte concreto y la manera específica en que los Alumni quieren desplegar su contribución a la misión. Arturo Sosa fue realmente honesto reconociendo que por parte de los jesuitas probablemente «no hemos preparado a nuestros alumnos para la colaboración.»
La Compañía dirige 188 universidades, más de 70 redes internacionales, 827 colegios, 1.600 escuelas de Fe y Alegría, 61 escuelas del Servicio Jesuita a Refugiados, y existen Comunidades de Vida Cristiana en más de 60 países… No es fácil de intuir cómo activar y movilizar esta red que podría abarcar entre 7 o 10 millones de graduados en el mundo. Tomando conciencia que ninguna otra institución podría influir y dinamizar un grupo de estas capacidades y amplitud, el Congreso reflexionó desde distintos ángulos sobre la importancia de repensar la estrategia y los focos de trabajo como red. Lejos de entrar en debates técnicos, la mayor parte del tiempo la reflexión se centró en los componentes identitarios y espirituales que nos pudieran ayudar a entender quiénes somos y discernir a qué somos llamados. Al final, todo empieza por un reto identitario y personal que es parte de la cultura vocacional de la educación jesuita «¿Me siento parte de algo mayor que yo mismo?, ¿Experimento y deseo vivir mi vocación transformadora?, ¿Comprendo que en mi horizonte vital hay mucho que sólo puedo alcanzar si lo hago con otros?»
El congreso se apoyó en una serie de ponencias temáticas atravesadas por reuniones de grupos y actividades que intentaban ayudar a generar debate, comprender instrumentos y discernir modos de responder como cuerpo ignaciano global. Los ponentes fueron expertos mundiales en los distintos ámbitos como Nuria Calduch (Iglesia y Mujer), Mary Evelyn Tucker (Ecología), Cristina Manzanedo (Migraciones), Chris Lowney (Estrategia), Lisa Hehenberger (Innovación Social), Albert Florensa (Tecnología) o Sabrina Burgos (Comunidad). Además del Padre General, participaron también como oradores cuatro jesuitas Laurent Basanese (Diálogo Interreligioso), Jean Paul Hernández (Arte), José Mesa (Educación) y Dani Villanueva (Trabajo en Red).
El encuentro también quiso impulsar la participación de las nuevas generaciones de la federación mundial y para ello, se prepararon actividades propias para los más jóvenes, incluyendo un tiempo especial con el Padre General, quién les insistió en la necesidad de que fueran activos y creativos como red para plantear propuestas de encuentro y colaboración a futuro. La presencia de jóvenes en este congreso resultó renovadora y provocadora, pues aun reconociendo la riqueza de sus aportes, también se pudo constatar que estamos lejos de haber logrado un cambio generacional en los liderazgos y que aún queda mucho trabajo por hacer para integrar a tantos jóvenes que salen de las instituciones educativas jesuitas.
En los últimos días los plenarios del congreso se centraron en sugerir siguientes pasos tras los debates y diálogos realizados. Se hizo mucho hincapié en la necesidad de profundizar en lo identitario, la experiencia espiritual, la promoción de los Ejercicios Espirituales, fortalecer el vínculo con los jóvenes y trabajar conjuntamente como red en la preparación del próximo congreso internacional que tendrá lugar en Yogyakarta dentro de cuatro años. Con todo este trabajo la comisión organizadora propuso un conjunto de resoluciones finales que instan al equipo de gobierno, elegido en consejo previamente al inicio del congreso, a trabajar por una unión más activa de las federaciones y a un trabajo más estrecho con la misión de la Compañía de Jesús y la Iglesia. Igualmente se plantearon líneas de trabajo que deben servir para fomentar la inclusión de las personas vulnerables en los distintos contextos mundiales, en colaboración con la Compañía de Jesús y sus Preferencias Apostólicas.
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