El Torneo Bahía de Cádiz Futsal Cup, organizado por un antiguo alumno del Colegio Portaceli, se ha convertido en una iniciativa con un enfoque humanitario aún más destacado este año.

Para aquellos que no conozcan a Rafael, os lo presentamos brevemente.

Rafael de Flores Canales pertenece a la promoción de 1986, en el que cerró su etapa escolar que realizó en el Colegio desde 1º de EGB. Tras un inolvidable año en COU-A, comenzó la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla, dedicándose posteriormente al ejercicio de la Abogacía, titulando hoy un despacho propio como socio director.

Pregunta: ¿Cómo llegaste a la organización del torneo?

Respuesta: Sería muy largo de explicar, pero aunque parezca extraño, se llega a la organización del torneo a través del imborrable recuerdo de mi participación en los campamentos de los montañeros de Santa María que organizaba el Colegio, en los que participé en numerosas ocasiones como montañero y, en alguna ocasión, como monitor.

Este recuerdo hizo que cuando mis dos hijos tenían 11 y 9 años de edad, se me ocurriera organizar unos campamentos infantiles para todo su entorno, bajo el ideario de aquellos campamentos en los que participé. Llegué a organizar estos campamentos durante cuatro años consecutivos con un enorme éxito, presidido por el agradecimiento de las familias, al ver la experiencia que habían vivido sus hijos. El impulso de la satisfacción de los niños y las familias me hizo dar el salto y colaborar con un club deportivo del barrio de Nervión para llevar a sus deportistas a torneos internacionales de fútbol sala, que es la disciplina a la que se dedican.

Fueron también cuatro años estupendos, no solo organizando la asistencia a estos torneos, sino conviviendo con los chicos durante el desarrollo del torneo y acumulando unas experiencias tremendas con gente joven, que representan un enorme impulso vital.

También a partir de esta experiencia, pensé que la mayoría de estos torneos adolecen de lo fundamental: implementar algunos principios y valores básicos, más allá de la competición. A partir de ahí, se me ocurrió que podíamos desarrollar una magnífica idea en la que se conjugaran deporte de base y principios educativos y formativos.

También había que buscar un entorno para desarrollar esta idea durante el verano, que fuera el más agradable para participantes y familias y tras la conversaciones mantenidas con los cinco municipios que componen la Bahía de Cádiz, vio la luz la idea de organizar un torneo internacional de fútbol sala, que ya en el primer año contó con el soporte institucional de la Diputación de Cádiz y de la Dirección General de Deportes de la Junta de Andalucía. Quiero pensar que soportaron la idea desde su arranque porque vieron que el proyecto trasciende a la competición deportiva.

P: ¿Qué puedes contarnos sobre los objetivos que persigue el torneo?

R: También sería muy extenso de explicar, pero lo fundamental o el hilo conductor, es transmitir tanto a las familias como a los participantes (todos ellos en categorías de formación, de 8 a 18 años), que el deporte base y la educación deben ser caminos paralelos. La idea es transmitir conceptos de justicia, generosidad y compromiso a partir del balón y de la convivencia en una pista de fútbol sala.

Probablemente, en estos tiempos en los que es fácil caer en el simplismo de criticar a la infancia y a la juventud porque no parecen estar interesados más que en las redes sociales, la responsabilidad que tenemos los padres es la de guiarles y convencernos de que la Infancia y la juventud, bien guiadas, no ofrecen más que bondad. Si son ellos los que se ocuparán de nosotros en el futuro y los que guiarán los destinos de la sociedad, más vale que les dotemos de conceptos y criterios justos, como los que recibimos nosotros en el Colegio.

Quizás debamos pensar que podamos llegar a la juventud de manera más fácil y atractiva a través de un balón y a través de actividades complementarias, que a través de un aula.

P: ¿Piensas que la formación recibida en Colegio Portaceli ha influido en tu iniciativa?

R: No me cabe la menor duda. Hace unos años en una conferencia que di en la sede de Capitanía como consecuencia del homenaje al titular de un Colegio, que se jubilaba, contaba una anécdota que nunca olvidaré:

Allá por el año 2005 me encontraba negociando un contrato de cierta importancia, en el ámbito de mi actuación profesional. Fueron diversas reuniones con los interesados y cuando ya se cerró el acuerdo, uno de ellos, que ya por entonces contaba con unos 70 años de edad, me preguntó:

¿Usted ha estudiado en los jesuitas verdad?
Sí, por supuesto. (le contesté orgulloso). ¿Por qué?
Se le nota. No hay más que oírlo.

Este relato, que puede parecer pedante, me llenó de orgullo y lo repito constantemente. Que 20 años después de haber terminado el Colegio, alguien reconozca tu tipo de formación por tu manera de expresarte o de dirigirte a él, es el mejor resumen que se puede hacer de la formación que uno ha recibido.

Sin duda, la formación que recibí y mi participación en aquellos inolvidables campamentos en La Zubia, en Granada, han sido decisivos para mi iniciativa.

P: Este año el torneo es especial. Cuéntanos en qué se diferencia.

R: La diferencia fundamental estriba en la satisfacción de haber asentado el proyecto, tras el razonable éxito de la primera edición. En este segundo año hemos consolidado la idea de internacionalizar el torneo y contaremos con la presencia de equipos brasileños, de una escuela del Reino Unido que es toda una referencia en el deporte de formación, de un equipo polaco y de incluso tres equipos de Argelia. Ello no sólo le da riqueza y colorido al torneo, sino que asienta la base fundamental del mismo, que es proporcionar una enorme experiencia a los participantes, haciéndoles convivir con otras culturas, consiguiendo de esta forma que desde la diversión que representa una competición deportiva, puedan empezar a aceptar lo diferente y a convivir con otras formas de vivir y pensar.

P: ¿De qué manera beneficia a estos jóvenes su participación en el torneo?

R: Fundamentalmente, en que aprenden a convivir. Esta afirmación, que puede parecer muy teórica, se confirma cuando convives con estos grupos en actos como un torneo de esta naturaleza. Sacan lo mejor de sí mismos. Los mayores, de edad juvenil, se sienten un modelo a seguir por los más pequeños, y los grupos de edad inferior, que serían los benjamines o alevines, empiezan también a saber convivir fuera del manto de la familia. Es una semana fuera de casa, conviviendo no solo con sus amigos componentes del equipo, sino con jugadores y jugadoras de otros puntos de España y de fuera de España.

La experiencia de eventos anteriores, me hace estar absolutamente seguro de que su participación en un evento así, con las actividades complementarias que les preparamos y con los criterios de generosidad que presiden todo el torneo, les hará mejores personas. Al menos, lo intentaremos.

P: Imaginamos que la organización tendrá un coste elevado. ¿Cómo se financia todo?

R: La financiación viene fundamentalmente de las familias, que asumen el coste que representa el alojamiento durante siete días de sus hijos, como componentes del equipo. Intentamos trasladar el menor coste posible a las familias, para hacer viable el proyecto, de tal forma que los costes propios de la organización, tratamos de cubrirlos con algunos patrocinadores. De momento, al tratarse de una segunda edición, contamos fundamentalmente con el soporte de un pequeño patrocinio de la Diputación de Cádiz, el inestimable impulso que representa la cesión de algún material por parte de la Junta de Andalucía, y poco a poco deberemos ir recabando él patrocinio de algunas otras empresas que nos permitan desarrollar nuevas actividades y mantener los precios que ofertamos a las familias, muy por debajo de la media que se maneja en este tipo de torneos. Debemos ser capaces de generar los recursos económicos suficientes para mantener un modelo de calidad en la gestión, muy diferente al habitual.

P: ¿Cómo crees que podemos ayudar?

R: Este año nos hemos embarcado, en esa línea de transmitir conceptos de justicia y generosidad, en un reto solidario mayúsculo: hemos invitado al torneo a tres equipos ucranianos en unas maravillosas edades, de 10 a 14 años, para compensarles mínimamente del horror que están viviendo. Vendrán acompañados de 9 responsables (todas ellas mujeres), coordinadoras, entrenadoras, responsable médico y una jefa del Departamento de Cultura y Deportes de la pequeña localidad de Kiev a la que pertenece esta humilde escuela y es para nosotros un orgullo poder proporcionarles a esta expedición de 40 personas, 10 días de convivencia, de fútbol sala y, sobre todo, de PAZ.

A la vez, representa también una enorme satisfacción ofrecerles al resto de participantes la posibilidad de convivir con este grupo de ucranianos, como manera más real de hacerles ver que el conflicto sigue vivo aunque haya desaparecido de las primeras líneas de los periódicos e informativos. El joven que participe en el torneo debe darse cuenta que jugará, conversará y comerá o cenará con chicos ucranianos, que llevan un año dándole patadas a un balón en un sótano y con la familia absolutamente quebrada como consecuencia del injusto conflicto.

Enviaremos un autobús que recogerá el grupo en Kiev y los desplazará hasta el aeropuerto de Varsovia, donde tres de nuestros jóvenes voluntarios (a los que también les brindamos esta experiencia preciosa), los recogerán, le darán todo el calor y apoyo que necesitan, y volarán con ellos hasta Sevilla, desde donde nos desplazaremos hasta Cádiz, cambiando el horror de los sótanos por la luz de la Bahía.

Para hacer realidad este sueño (ya que una vez que le hemos generado esta expectativa, no le podemos fallar), necesitamos el apoyo de instituciones, empresas y particulares, puesto que todos podremos imaginar el coste que representa desplazar a un grupo de 40 personas desde Kiev hasta Cádiz y vuelta, alojándolos en pensión completa y sin que tengan que asumir coste alguno. Debemos recaudar una cifra cercana a 50.000 € y esto solo será posible si todos comparten nuestra enorme ilusión de pelear por un mundo mejor.

Como decimos en la página web, no hace falta una enorme inversión ni un esfuerzo económico descomunal: desde 1,00 € nos vale. Cualquier ayuda es bienvenida y probablemente nos genere más satisfacción el apoyo de muchos aunque sea discreto, señal inequívoca de que hemos conseguido llegar a mucha gente y concienciarlos de esta realidad.

Todo aquel que nos lea, no tiene más que recordar las enseñanzas y el estilo que recibimos en el Colegio Portaceli y pensar que por encima de cualquier consideración política y atendiendo a criterios de estricta humanidad, es un deber moral que nos atañe a todos. La guerra solo se para desde la protesta y la solidaridad.

El que nos lea, que le eche un vistazo a alguna de las fotos y vídeos que vamos recibiendo del grupo, al que le hemos enviado como regalo unas camisetas del torneo, con las que se han paseado por el centro de Kiev. No necesitan mayores comentarios.

Te invitamos a ser parte de este movimiento solidario. Dona hoy y ayuda a hacer del Torneo Bahía de Cádiz Futsal Cup un éxito aún mayor. Juntos, podemos marcar la diferencia en la vida de muchas personas y construir un futuro más brillante para todos.

Además de ser parte de una causa humanitaria, el Torneo Bahía de Cádiz Futsal Cup también te brinda la oportunidad de presenciar emocionantes partidos de fútbol sala. Podrás disfrutar de la pasión, la emoción y el espíritu deportivo mientras apoyas una causa que marca la diferencia.